Un estudio en el que han participado investigadores de la UMA demuestra que esa alimentación previene las enfermedades cardiovasculares.
El consumo de la tradicional dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen extra y frutos secos (nueces, almendras y avellanas) tiene un efecto beneficioso para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Así, se reduce un 30 por ciento el riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Esa es la conclusión a la que se ha llegado tras un estudio en el que han participado dieciséis grupos de investigadores de siete comunidades autónomas. Uno de esos grupos pertenece al departamento de medicina preventiva de la Universidad de Málaga (UMA) y del Hospital Clínico Universitario. Los datos de la investigación han sido publicados en la revista internacional ‘New England Journal of Medicine’.
Los resultados del estudio PREDIMED (prevención con dieta mediterráea) se han presentado este mediodía en la Facultad de Medicina de Málaga. La presentación ha corrido a cargo de Enrique Gómez Gracia, investigador responsable del ensayo PREDIMED en Málaga. A continuación, ha intervenido Julia Wärnberg, coordinadora de dietistas y enfermeras del ensayo que ha habado de ‘Recomendaciones dietéticas para hacer una buena dieta mediterránea, y Antonio Luque, en nombre de la empresa oleícola malagueña Hojiblanca, que ha patrocinado parte del proyecto de investigación. El acto lo ha cerrado el catedrático Joaquín Fernández-Crehuet, director del departamento de medicina preventiva en el que se ha desarrollado el citado estudio.
El doctor Fernández-Crehuet, en declaraciones realizadas a este periódico, ha explicado que la unión del aceite de oliva virgen extra y los frutos secos en la dieta mediterránea es muy beneficiosa para contrarrestar las enfermedades cardiovasculares. «A la población se le ha venido diciendo que no comiese grasas porque eran perjudiciales para la salud. Merced a este estudio se ha demostrado que esa teoría no es cierta. Se pueden tomar grasas de origen vegetal y alto contenido en antioxidantes (aceite de oliva y frutos secos), ya que se reduce la incidencia de los padecimientos cardiovasculares», ha dicho el doctor Fernández-Crehuet.
Los resultados del estudio son concluyentes: una intervención con una dieta mediterránea tradicional suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos reduce en un 30 por ciento la incidencia de muerte cardiovascular, el infarto de miocardio y el accidente vascular cerebral, se ha indicado en la presentación de los datos. La investigación pone de relieve también que las nueces son un alimento muy recomendable, que consigue disminuir en 49 por ciento el riesgo de padecer un ictus en comparación con una dieta baja en grasas
Durante cinco años se siguió a 7.447 personas de entre 55 y 80 años con alto riesgo cardiovascular. Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria en tres grupos. El primero de ellos estaba compuesto por sujetos que recibieron productos de la dieta mediterránea enriquecidos con 50 mililitros diarios de aceite de oliva virgen extra. En el segundo se añadieron 30 gramos al día de nueces, avellanas y almendras al patrón general de comidas. El tercero grupo siguió una dieta baja en grasas.
La investigación ha sido financiada por el Instituto de Salud Carlos III y el Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición con más de 6,8 millones de euros. Hojiblanca, el Patronato Comunal Olivarero, Borges y Morella Nut han aportado los productos para el estudio, pero no han intervenido en el diseño, análisis o redacción de los resultados. El doctor Fernández-Crehuet destacó que gracias a este ensayo clínico se ha demostrado por primera vez, y con un alto grado de evidencia, que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos reduce un 30 por ciento el riesgo cardiovacular y del infarto de miocardio.