La fibrilación auricular representa un problema cada vez mayor a nivel mundial. Sobre todo, en el contexto actual debido a la falta de opciones para la cura a largo plazo.

La Revista Española de Cardiología propone una revisión en 3 pasos que se pueden usar juntos o separados para diagnosticar y tratar esta enfermedad.

Paso 1: Evaluación clínica

Se deben tener en cuenta los factores de riesgo y comorbilidades. Por ejemplo, la edad: el riesgo de padecer fibrilación auricular es mayor en hombres, pero con 75 años es más probable en mujeres. La presencia de diabetes representa un claro factor de riesgo. Se ha asociado la hipertensión con una mayor incidencia de fibrilación auricular. Por último, también se ha demostrado que la apnea influye en los cambios auriculares y puede derivar en la fibrilación auricular.

Es importante resaltar que la transición de fibrilación auricular paroxística a una persistente está caracterizada por un aumento progresivo de la remodelación auricular.

Paso 2:  Uso de información complementaria

  • Parámetros electrocardiográficos. Esta prueba no suele implementarse en la práctica clínica, probablemente debido a que es muy específica. Pero es útil debido a que puede suponer una información extra para contextualizar los datos complementarios.
  • Biomarcadores sanguíneos. Observando ciertos parámetros sanguíneos como la inflamación, la sobrecarga hemodinámica o el estrés oxidativo, se puede disminuir el riesgo de estratificación de la fibrilación auricular. Específicamente se le debe prestar atención a si existe una alta sensibilidad cardiaca a la troponina-T.
  • Parámetros ecocardiográficos. La ecocardiografía torácica permite un acercamiento cuantitativo del diámetro de la aurícula izquierda y de su presión y rigidez. Por esto, se recomienda el uso de esta técnica no invasiva.

Paso 3: Uso de herramientas diagnósticas avanzadas

Se debe tener en cuenta que estas herramientas son muy específicas y no se encuentran en todos los hospitales.

  • Parámetros ecocardiográficos avanzados. Conocer la rigidez de la aurícula izquierda puede ayudar a identificar de manera temprana los cambios auriculares durante la fibrilación auricular.
  • Resonancia magnética cardiovascular. Con esta técnica no invasiva se puede acceder a las áreas donde la matriz extracelular ha crecido mucho.
  • Mapeo electroanatómico. Gracias a los avances biotecnológicos, existen nuevas herramientas para realizar un mapeo genético en pacientes con fibrilación auricular y las variantes genéticas asociadas.

Si desea saber más, consulte: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1885585724000720