Los frutos secos son una rica fuente de grasas saludables, minerales y antioxidantes que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Estudios previos ya han sugerido los beneficios de los frutos secos en nuestro organismo, vinculándolos a un menor riesgo de enfermedad cardíaca o accidente cardiovascular, pero sin especificar en qué aspectos particulares se podía relacionar su consumo.
Por eso se realizó un nuevo estudio observacional que permitiera encontrar respuesta a estas dudas. Para conseguirlo se analizaron los datos del Cuestionario sobre la Frecuencia de Alimentos e información sobre el estilo de vida de más de 61.000 suecos de entre 45 a 83 años de edad. Durante 17 años o hasta la muerte de estos sujetos, los investigadores analizaron su salud cardiovascular.
Cuantos más frutos secos consumían, menor era el riesgo de fibrilación auricular: el consumo de una a dos veces al mes, se vinculó con un 3% menos de riesgo y, si se consumía entre una o 2 veces por semana, el riesgo llegaba a disminuir hasta un 12%. En cambio, si el consumo se hacía tres veces o más a la semana, la reducción del riesgo llegaba hasta el 18%.
En lo que se refiere a la insuficiencia cardiaca, el consumo de frutos secos se asoció hasta un 20% menos de riesgo. No obstante, comer frutos secos de forma regular no llegó a vincular con otros tipos de enfermedades cerebrovasculares como, por ejemplo, el ictus.
Tal y como declaran los investigadores, «el consumo de frutos secos o los factores asociados con este comportamiento nutricional puede jugar un papel en la reducción del riesgo de fibrilación auricular y, posiblemente, de insuficiencia cardiaca».
Fuente: FEASAN