José Manuel García Pinilla Doctor en Medicina, cardiólogo y colaborador en varios ensayos de insuficiencia cardíaca, resalta las posibilidades de la bioingeniería o las células madre en este campo.

«Hemos conseguido que los pacientes con insuficiencia cardíaca vivan más años, pero no los curamos». José Manuel García Pinilla ha dedicado buena parte de su carrera a estudiar las enfermedades del corazón. A sus 43 años, este doctor en Medicina que ejerce en el Hospital Clínico, natural de Granada pero que lleva más de dos décadas afincado en Málaga, se ha convertido en uno de los profesionales de cardiología más reputados del país.

José Manuel García Pinilla coordina la unidad de insuficiencia cardíaca del Hospital Clínico.

José Manuel García Pinilla coordina la unidad de insuficiencia cardíaca del Hospital Clínico


El trabajo de la unidad que coordina, especializada en insuficiencia cardíaca y cardiopatías familiares, ha servido para que recientemente la Sociedad Española de Cardiología (SEC) designara al Clínico centro nacional de referencia para la formación multidisciplinar en insuficiencia cardíaca. García Pinilla se considera de esos sanitarios vocacionales, que les gusta resaltar la «dimensión social» de la medicina. De ahí que, pese a la creciente presión asistencial por el gran número de pacientes que tiene que atender, le gusta estar al día de los últimos avances en las investigaciones de cardiología.
Desde Málaga, colabora en varios ensayos clínicos de fármacos que mejoran el pronóstico de estos enfermos, aunque en su opinión el futuro en cuanto a la curación pasa por indagar en caminos como la bioingeniería o las células madre. «Cada vez va a haber más casos de insuficiencia cardíaca debido el envejecimiento poblacional. Con los tratamientos hemos conseguido incluso reducirlo la mortalidad según algunas estadísticas. Pero sigue siendo la causa más frecuente de ingreso en las personas con más de 65 años. Como no va a haber corazones para trasplantar para todos esos pacientes, la forma que va a haber de solucionar esos problemas van a ser las máquinas», resume.

Colabora en un ensayo que busca un fármaco revolucionario para un tipo de insuficiencia

 
 

 
Mientras aumenta la donación de órganos como el riñón o el hígado, la reducción de los accidentes de tráfico en los últimos años ha derivado en una disminución de los donantes para trasplantes de corazón. «Un paciente puede estar en lista de espera un año o más». En este sentido, García Pinilla cita los trabajos que se están realizando en el campo de la bioingeniería: «Se va a necesitar diseñar un órgano, el tejido fibroso de un corazón. Se puede hacer incluso usando impresoras 3D. En España se están haciendo investigaciones sobre todo en Barcelona. Sobre ese esqueleto fibroso, podemos implantar células madre y que esas células vayan constituyendo un órgano nuevo. Eso que parece una cosa del futuro ya se está empezando a hacer».
Otra línea en la que ya se está trabajando son las llamadas asistencias ventriculares. A uno de sus pacientes de Málaga, le implantaron una en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. «Son máquinas capaces de suplir la función del corazón. Son dispositivos pequeñitos. En caso de carecer un corazón donante o que el paciente no fuera trasplantable por contraindicaciones, se le implanta esa maquinita, que con una pequeña bomba dirige la sangre hacia la aorta y hace de ‘bypass’ en el ventrículo izquierdo».
García Pinilla se apasiona hablando del futuro de su especialidad, y eso a pesar del poco tiempo que tiene para dedicarlo a las investigaciones. Una de las más importantes en la que colabora su unidad es la del ensayo llamado Paragon, una vía que califica de «fundamental». Se trata de encontrar un fármaco revolucionario para los pacientes de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada. En Málaga se trabaja con unos 12 pacientes, aunque en España son en total unos 300.
Fuente: DiarioSur