El jefe del servicio de Cardiología del Hospital Clínico de Málaga, afirma que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en la población
El jefe de Cardiología del Hospital Clínico, Eduardo de Teresa. Gregorio Torres
MATUCHA GARCÍA. MÁLAGA El prestigioso cardiólogo y jefe de este servicio del Hospital Clínico de Málaga participa como ponente en la reunión anual nacional de la Sección de Cardiología Clínica que organiza la Sociedad Española de Cardiología. Bajo el título Mejorando la práctica de la Cardiología Clínica, el congreso, que tendrá lugar en el hotel NH hoy jueves día 10 y los próximos 11 y 12, será un punto de encuentro, de intercambio de experiencias e impresiones y de puesta en común de los nuevos avances entre los profesionales de esta disciplina.
¿Sobre qué versará su exposición? ¿qué quiere transmitir a los profesionales?
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en España, tanto en hombres como en mujeres. Yo voy a hablar de la insuficiencia cardíaca, y de si a la vista de los últimos avances podemos mejorar el pronóstico. Va a ser una presentación particular, porque más que una exposición se tratará de un coloquio en el que es fundamental la participación de la audiencia.
¿Cuáles son las enfermedades cardiovasculares que afectan a la población?
Desde el punto de vista de la mortalidad podríamos hablar de tres: las isquémicas del corazón (angina de pecho, infarto de miocardio), la insuficiencia cardíaca y la cerebrovascular, que son las que afectan al cerebro desde un punto de vista vascular y que puede causa la muerte o hemiplejias.
¿Hay distinciones por sexos?
Sí. En el varón la cardiopatía isquémica es la más frecuente, es decir, el infarto, y en la mujer la cerebro-vascular.
¿Por qué existe esa diferencia? ¿viene determinada por algún condicionante?
Hay diferencias en las causas que las producen y, aunque hay algunos aspectos que no están perfectamente definidos, en general, la hipertensión está asociada más a problemas cerebrovasculares y es más prevalente en las mujeres. En éstas aparecen las enfermedades cardiovasculares más tarde, unos diez años después. Este retraso tiene que ver con el sistema hormonal, que ejerce cierta protección hasta que llega la menopausia. También incide la cultura y los hábitos de la mujer. Antes, por ejemplo, ésta no era fumadora. Ahora su vida está marcada por un estrés continuo que provoca cambios.
Además de que existan distinciones por sexos, en general, ¿estas enfermedades afectan más a hombres o a mujeres?
Hay más mujeres con enfermedades cardiovasculares.
¿A causa de esos cambios de vida?
Esta estadística se viene produciendo desde hace tiempo. Esos cambios lo que provocarán en el futuro es que las enfermedades aparezcan antes, pero no está cambiando el perfil.
¿A qué edad suelen aparecer?
En el hombre entre los 50 y los 60 años y en la mujer se retrasa diez años más.
¿Hay por tanto en la actualidad un aumento de las enfermedades cardiovasculares?
Sí y no. Hay un aumento de casos, pero en los países de occidente se ha conseguido reducir y mantener las enfermedades cardiovasculares, pero entra el factor edad, es decir, a la edad de 40-50 años hay menos enfermos que hace 20 años, pero ahora se vive más tiempo y la enfermedad aparece, por lo que en términos absolutos hay más casos, pero más tardíos. Cuando nosotros actuamos lo que hacemos es retrasar la muerte.
¿Qué hay que hacer para evitar estas enfermedades?
La población sabe lo que tiene que hacer. Hay que olvidarse del tabaco, que es un veneno; llevar una vida activa, que significa no sólo hacer deporte, sino dejar el coche y andar, por ejemplo, no coger el ascensor y subir por las escaleras… También es necesario llevar una alimentación adecuada, procurar no comer mucho para no engordar y llevar a cabo una dieta mediterránea, con frutas, verduras, hortalizas, aceite de oliva. Esta dieta es necesario llevarla desde la infancia. Y, posteriormente, a más edad es importante llevar a cabo otras medidas como tomarse la tensión, de forma que aquella persona que la tenga alta debe seguir un control. También ha realizarse un análisis para ver el colesterol. Con estas medidas se puede reducir mucho la incidencia.
¿De entre todos destacaría algún factor de riesgo?
Nos preocupa especialmente la obesidad. Si fuéramos capaces de reducir y eliminar la obesidad las enfermedades cardiovasculares se reducirían prácticamente a la mitad, porque tienen mucho que ver con el cómo comemos.
¿Cuáles son los avances conseguidos en los últimos años? ¿se investiga lo suficiente?
Estamos investigando y permanentemente aportando nuevas armas de lucha contra estas enfermedades. Precisamente de lo que voy a hablar en mi ponencia tiene que ver con el resultado de un ensayo clínico que ha derivado en fármacos que mejoran el pronóstico. Pero lo mejor es que el problema no aparezca. Podemos hacer cateterismos complejos, pero no dejan de ser un parche.
¿Qué le diría a la población para que sigan sus consejos?
La población sabe lo que tiene que hacer. Hay que tener la información, que yo creo que la tienen, pero también la motivación. Hay gente que piensa: que más me da ponerme malo a los 50; pero es en los 20 y en los 30 cuando tenemos que cuidarnos.