La oreja es, junto con la nariz, el único órgano que crece a lo largo de toda la vida. Por ese motivo puede reflejar la existencia de una enfermedad arterioesclerótica a simple vista. Las pequeñas lesiones vasculares que origina la arteriosclerosis y la mala circulación, favorece un crecimiento desigual de la oreja y la aparición de un pliegue. Así la oreja puede ser un centinela bastante fiable de la salud cardiovascular. En concreto el pliegue podría estar avisando del riesgo de ictus o infarto.
Estas son las conclusiones de un estudio que se ha presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2014, que se celebra estos días en Santiagode Compostela y asegura que la presencia de un pliegue diagonal en el lóbulo de la oreja (PDL) está directamente relacionada con el riesgo de padecer ictus. Se conocía desde 1973 que era indicativo de infarto, y los estudios más recientes lo asocian también a enfermedad vascular periférica. Sin embargo, se desconocía su asociación con el ictus, explica la doctora Claudia Rodríguez-López, de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, autora principal del trabajo.
El carácter centinela de este pliegue en el ictus se ha deducido tras analizar a 1.000 personas que habían sido hospitalizadas por alguna causa, a las que se realizaron fotografías de ambas orejas, clasificándolas según las características del pliegue (bilateralidad, inclinación, longitud y profundidad) y posteriormente se estudió la historia clínica para relacionar a aquellos que tenían antecedente de enfermedad cardiovascular (infarto o ictus).
Según el estudio, casi la mitad (48,9%) de los pacientes con antecedentes de accidente cerebrovascular presentaba este pliegue, frente al 27,8% de los que lo mostraban sin tener antecedentes de ictus. Entre los sujetos con antecedentes de infarto, un 45,8% mostraba este pliegue, y tasa que se reducía casi a la mitad -un 28,2%- en aquellos que no habían sufrido infarto”, explica el Dr. Esteban López de Sá, cardiólogo del Hospital La Paz de Madrid y uno de los autores del trabajo.
“Los trabajos previos describían este pliegue como muy fácil de ver, muy obvio. Pero no es tan obvio, hay muchos tipos de pliegues y no estaba muy claro cuál era el que señalaba el riesgo. Por eso lo hemos estudiado más en detalle”, explica la doctora Rodríguez-López. Así han determinado que el pliegue que puede considerarse como marcador de enfermedad cardiovascular es aquél cuya inclinación tiene 45º en ambas orejas, “Da igual que se incompleto. Lo importante es la inclinación, unos 45 grados, y que esté en las dos orejas”, destaca la doctora Rodríguez-López.
La idea es que esta marca en la oreja se convierta en un factor de riesgo como puede serlo la obesidad o el perímetro de la cintura, y que el médico de cabecera lo tenga en cuenta, añade Rodríguez-López. “Lo que muestran estos resultados es que la forma del lóbulo de la oreja puede indicar al médico a simple vista que la persona podría padecer una enfermedad cardiovascular o múltiples factores de riesgo cardiovascular”, afirma el Dr. López de Sá, queaconseja que todas aquellas personas que presenten el pliegue y no hayan sido diagnosticadas de enfermedad cardiovascular acudan a su médico para un chequeo, “porque es muy probable que sean hipertensos, diabéticos o hipercolesterolémicos y, por lo tanto, necesiten tratamiento para controlar estos factores de riesgo y prevenir así complicaciones cardiacas futuras”.