Un nuevo factor de riesgo cardiovascular ha sido identificado y publicado en la revista European Heart Journal, sumándose a los ya conocidos como el colesterol alto, la diabetes, el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo. Este nuevo factor se denomina hematopoyesis clonal.

La hematopoyesis clonal se produce cuando una mutación somática afecta al gen TET2 en las células madre de la sangre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar aterosclerosis, una condición caracterizada por lesiones en las paredes arteriales. En los adultos, diariamente se generan grandes cantidades de células sanguíneas, lo que incrementa la posibilidad de acumular mutaciones. Si bien muchas de estas mutaciones no generan efectos adversos o pueden ser controladas, algunas sí pueden tener consecuencias. En un principio, algunos científicos sugirieron que la hematopoyesis clonal era consecuencia de la aterosclerosis y no su causa. Sin embargo, un estudio demostró lo contrario, ya que los participantes con mutaciones asociadas a la hematopoyesis clonal desarrollaron aterosclerosis en los años siguientes. Un segundo estudio realizado en personas con aterosclerosis confirmó que la enfermedad no incrementaba las mutaciones en las células sanguíneas. Los investigadores sostienen que siempre fue claro que esta condición podía aumentar el riesgo cardiovascular, aunque no sabían con precisión la magnitud del riesgo hasta ahora. Este hallazgo abre la puerta a nuevas investigaciones y estrategias para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares.

Para mitigar los efectos de la hematopoyesis clonal, los expertos sugieren el uso de colchicina, un fármaco que reduce la inflamación causada por las mutaciones en el gen TET2. La colchicina, obtenida de la planta Colchicum autumnale, tiene propiedades antiinflamatorias y es capaz de inhibir el proceso de mitosis. Este medicamento, accesible y ya probado en el tratamiento de la hematopoyesis clonal, ofrece una posible solución. No obstante, algunos científicos subrayan la necesidad de una medicina personalizada, debido a que este es un campo emergente y la enfermedad puede manifestarse de formas diferentes, además de que existen otras mutaciones genéticas que también pueden provocar enfermedades. En definitiva, estos avances ponen de relieve la importancia de seguir realizando estudios y ensayos clínicos para abordar este nuevo factor de riesgo cardiovascular.

Si desea saber más: https://academic.oup.com/eurheartj/article/42/3/257/6006386?login=false