Las personas que toleran peor el estrés y la frustración tienen más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco cuando ven un enfrentamiento deportivo de máxima rivalidad.
Los partidos de fútbol de máxima rivalidad y los momentos más tensos del propio encuentro elevan el riesgo de sufrir un infarto cardiaco en las personas que padecen del corazón. Este año se han disputado varios de estos encuentros y la Sociedad Española del Corazón (SEC) ha creído conveniente difundir una serie de recomendaciones para afrontar estos eventos con la mayor serenidad posible, a fin de prevenir los infartos. ¿Cómo hay que ver un partido de fútbol cuando se sufre una enfermedad cardiovascular? El cardiólogo Ramón Bover expone los principales consejos de la SEC.
La celebración de un derbi ya es en sí una prueba de fuego para las personas que padecen del corazón y lo viven con una pasión desaforada, pero la concentración de varios derbis en tan corto espacio de tiempo -un mes- supone un riesgo aún mayor. Clásicos de este tipo y finales como la de la Champions Leage, el remate final de este mes tan repleto de competiciones, generan una especial tensión psíquica y un alto grado de estrés. A su vez, elevan el riesgo cardiovascular y pueden ser el factor desencadenante de un ataque cardiaco, en forma de infarto agudo de miocardio, angina de pecho o crisis hipertensiva, según ha advertido la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
¿Por qué se eleva el riesgo cardiaco?
Las situaciones de estrés emocional, entre las cuales se incluye ver un partido de fútbol de máxima rivalidad, mantener una discusión acalorada con una persona o un ritmo desenfrenado en el trabajo, conducen al cuerpo humano a elevar la producción de adrenalina. Los niveles aumentados de esta hormona provocan contracciones del corazón más fuertes y rápidas, favorecen un estrechamiento de las arterias e incrementan la presión arterial y la formación de coágulos. Todos estos factores pueden favorecer el ataque cardiaco.
Entre los minutos más estresantes para la salud del corazón figuran las jugadas decisivas o de gol, las tandas de penaltis o las decisiones arbitrales injustas.
«El visionado de un partido de fútbol es un desencadenante del estrés por esfuerzo psíquico. Esto puede conducir a un infarto o una angina de pecho, sobre todo cuando ya hay algún problema subyacente que puede favorecerlo, como tener placas de grasa en las arterias coronarias, que estas se rompan, que se contraigan las arterias y que el corazón, al latir, tenga una mayor demanda de nutrientes y oxígeno», explica Ramón Bover, cardiólogo, coordinador de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y responsable de la página web de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Otro aspecto que destaca este experto es que la probabilidad de que ocurra un episodio cardiaco está asociada a un grado elevado de estrés, que es mayor cuanto mayor sea la importancia de un partido (una final o una semifinal) y del momento concreto del encuentro. El resultado final no influye tanto en la salud cardiaca como la sucesión de esos momentos críticos. Entre los minutos más estresantes, figuran las jugadas decisivas o de gol, las tandas de penaltis o las decisiones arbitrales injustas.
Este compendio de factores «puede generar una tensión psíquica que, a su vez, eleva la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y hace más probable que se manifieste la enfermedad coronaria. Cualquier circunstancia durante el evento, que aumente la tensión psíquica y emocional, eleva el riesgo cardiaco en ese momento», explica.
Personas en riesgo
Las personas que ya padecen una enfermedad cardiaca conocida o factores de riesgo cardiovasculares, como los pacientes cardiópatas, las personas diabéticas, hipertensas o fumadoras, deben cuidarse especialmente si se toman «muy a pecho» la celebración de estos eventos, apuntan los cardiólogos españoles. Desde el punto de vista psíquico, los individuos que toleran peor el estrés y la frustración tienen más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco cuando ven, por televisión o en directo, un enfrentamiento deportivo de máxima rivalidad y se implican mucho.
Diversos estudios han probado esta asociación entre el visionado de partidos de fútbol de gran tensión y episodios cardiovasculares. Tras el Mundial de Alemania de 2006, médicos alemanes publicaron un estudio en la revista «The New England Journal of Medicine», según el cual, durante la celebración del mundial, los días en que la selección alemana jugaba, las emergencias por motivos cardiacos de los ciudadanos alemanes fueron 2,66 veces superiores a las que se registraron los días en que su selección no jugaba o no había partido.
Las emergencias médicas por esta causa fueron 3,6 veces superiores en varones (se triplicaron), 1,8 veces superiores entre las mujeres (se duplicaron), 4,03 veces superiores entre las personas que ya tenían un problema cardiovascular previo y, además, el mayor número de incidencias por causas cardiacas se registró durante las dos horas que siguieron al inicio del encuentro.
Las incidencias por episodios cardiacos en hombres tras ver un partido de fútbol se deben, en mayor medida, a que «entre personas de mediana edad, ellos sufren más enfermedad cardiaca que las mujeres, que solo igualan a los hombres cuando tienen 70 u 80 años». La enfermedad vascular y cardiovascular es más frecuente en varones, que tienen más placas grasas y arterioesclerosis, mientras que las mujeres están más protegidas hasta esa edad. Este es el patrón clásico. «También puede ocurrir que entre los hombres haya un mayor número de espectadores», explica Bover.
NO TOMARSE A PECHO EL FÚTBOL
Otras recomendaciones son: evitar beber alcohol, ya que aumenta la presión arterial, y fumar -si bien ambas costumbres deberían evitarse siempre o, al menos, no incrementar su consumo- e intentar mantener la tranquilidad en momentos de máximo estrés y durante las jugadas más importantes, como los momentos de gol y cuando se prevé que no va a ser posible. En caso de tener síntomas, se aconseja no ver estas jugadas.
Estos pacientes con factores de riesgo o con enfermedad cardiovascularestablecida deben estar expectantes a síntomas como dolor en el pecho y sensación de ahogo o dificultad al respirar, de sobra conocidos por los pacientes. Por esta razón, a las personas que ya se saben vulnerables, «se les aconseja que tengan el número de emergencias a mano», expone el experto. Otra recomendación es intentar verlo desde casa y con familiares, en lugar de hacerlo solo, en un bar o en el campo de fútbol. «El estadio tiene el condicionante de que el estrés del ambiente es mayor, ya que es más difícil desconectar, porque no se puede ir a otra habitación ni realizar otra actividad y hay más tensión emocional porque toda la gente que está en el campo se centra en lo que sucede en él», explica Bover.
Ver el partido en un ambiente más familiar resulta menos agresivo que hacerlo en un estadio, además de evitar coger frío, que provocaría problemas en las arterias coronarias de algunas personas, según informa este cardiólogo. En cuanto a la forma de seguirlo, aunque no se dispone de datos sólidos que permitan afirmarlo, puede ser más beneficioso escucharlo por radio que verlo, ya que solo mirarlo aumenta el nivel de estrés.
Por último, si se sabe que una persona ya tiene una angina de pecho o ha sufrido otro problema cardiaco atribuible a un evento deportivo -muy poco frecuente y difícil de determinar-, lo recomendable es que evite todas las situaciones que le causen estrés -entre ellas ver un partido- y que siga las medidas preventivas anteriores en caso de que decida verlo, a pesar del riesgo que entraña.
Fuente: Consumer