La aspirina, el clopidogrel, el triflusal y la ticlopidina son los más usados. Evitan la formación de coágulos y son vitales en el tratamiento de la enfermedad cardiovascular.

¿En qué consisten los antiagregantes plaquetarios?

Las plaquetas son un componente sanguíneo cuya misión es prevenir las hemorragias mediante la formación de un coágulo en cualquier zona de sangrado, interrumpiendo de ese modo la pérdida de sangre e iniciando las tareas de reparación. Sin embargo, este mecanismo de defensa puede ser muy perjudicial si se pone en marcha dentro de un vaso sanguíneo, debido a que el coágulo puede obstruir la circulación de la sangre. Si el coágulo se forma en una arteria coronaria el resultado es la aparición de un infarto de miocardio por interrupción del flujo sanguíneo al corazón, de ahí la importancia de los fármacos antiagregantes.
Los fármacos antiagregantes plaquetarios actúan sobre las plaquetas impidiendo que se inicien los procesos que llevan a la formación de un trombo, por lo que son un pilar fundamental del tratamiento de la enfermedad cardiovascular.

Fármacos más utilizados como antiagregantes

Aspirina

Es el fármaco más utilizado para la prevención del infarto de miocardio y también en su tratamiento, ya que reduce la mortalidad si se administra precozmente durante un infarto. También es necesario su uso en los procedimientos de revascularización coronaria (angioplastia), previene el cierre o estenosis del muelle (stent) que se la implantado en el vaso enfermo y de forma indefinida en pacientes que ya han tenido un infarto o un accidente vascular cerebral, para prevenir la aparición de nuevos eventos.

Tienopiridinas

Dentro de esta familia de medicamentos encontramos el clopidogrel, prasugrel, ticagrelor, la ticlopidina. Tienen un mecanismo de acción distinto al de la aspirina, su uso ha sido ampliamente estudiado y validado. Algunos de ellos como la ticlopinida no se utilizan actualmente por sus efectos adversos no presentados con los demás.
En general el clopidogrel es usado conjuntamente con la aspirina, potenciando el efecto sobre las plaquetas. Se utiliza para sustituir a la aspirina en pacientes que no la toleran, y uso conjunto en pacientes que han tenido un síndrome coronario agudo o a los que se les ha implantado un stent coronario (los estudios han mostrado la eficacia del uso de dos fármacos antiagregantes en la prevención de nuevos eventos o estenosis del stent).

De administración intravenosa o inhibidores de la glicoproteína IIb-IIIa

Su administración es exclusivamente hospitalaria en caso de un síndrome coronario agudo.

Riesgos del tratamiento con antiagregantes

  • Aumenta el riesgo de sangrado, aunque generalmente son sangrados leves. Esta posibilidad se incrementa cuando se combinan varios antiagregantes o con un anticoagulante.
  • Tiene un efecto erosivo sobre la mucosa gastroduodenal, favoreciendo la aparición de úlceras gastroduodenales. De allí que, en la mayoría de los casos, este tratamiento se acompañe con uno de protección gástrica.
Contenido revisado por:
Dra. Gina Natalia Chacón Hernández
Licenciada en Medicina por la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia (2004-2009). Residente de segundo año de Cardiología en el Consorcio Hospitalario General Universitario de Valencia.
Última revisión: agosto de 2012
Fuente: Fundación Española del Corazón