A los pacientes con alto riesgo de desarrollar coágulos potencialmente mortales se les suele prescribir antiplaquetarios y anticoagulantes.
Los antiplaquetarios y anticoagulantes son medicamentos que previenen la formación de coágulos sanguíneos en el corazón, arterias y venas. Aún cuando la coagulación de la sangre evita un sangrado excesivo al sufrir cortes o lesiones, en exceso es peligrosa y puede causar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. A los pacientes con alto riesgo de desarrollar coágulos potencialmente mortales se les suele prescribir antiplaquetarios y anticoagulantes. Estos fármacos cumplen un propósito similar, pero tienen ciertas diferencias.
Los coágulos se producen cuando una cantidad excesiva de fibrina, una proteína que causa coagulación, se desarrolla en la sangre. El anticoagulante disuelve los coágulos venosos, interrumpiendo el desarrollo de la fibrina, lo que lo convierte en el mejor medicamento para tratar enfermedades como la trombosis venosa profunda o la embolia pulmonar.
los antiplaquetarios no son adecuados para el tratamiento de coágulos venosos y son más eficaces para la prevención de coágulos arteriales. Las plaquetas de la sangre se unen cuando se producen daños, como cortes, contusiones o lesiones internas. También se combinan, a veces demasiado rápido, cuando las arterias se inflaman, causando un bloqueo en una pared de la arteria.
Los Anticoagulantes y antiplaquetarios tienen interacciones diferentes. Ciertos medicamentos, alimentos y vitaminas, especialmente la vitamina K, pueden alterar los efectos de los anticoagulantes. La eficacia de ellos depende en gran medida de los niveles estables de vitamina K en el cuerpo. En consecuencia, los pacientes que toman estos medicamentos deben seguir dietas estrictas, limitando el consumo de vegetales con alto contenido de esta vitamina para reducir los riesgos de interacción.
Fuente: El blog del anticoagulado