El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos
Carlo Firetto, un turista italiano, pudo salvarse tras una parada cardíaca mientras practicaba golf el día que cumplía 73 años. El suceso pudo llegar a buen puerto gracias a la intervención de dos empleados que hicieron uso de un desfribilador del que disponía las instalaciones de Mijas Golf, en la Costa del Sol.
Ambos encontraron a Carlos sin latido, pero su insistencia a la hora de realizar las descargas fue determinante y Carlo Firetto puede hoy contarlo. La rapidez de los dos empleados de seguridad y la existencia de un desfibrilador DOC (Desfibrilador Operacional Conectado) de B+SAFE en las instalaciones fue determinante a la hora de salvarle la vida.
«Estoy vivo gracias al desfibrilador y a Fernando. No sé cómo agradecer a Mijas Golf que haya contratado este servicio. Si llega a ocurrirme en cualquier otro lugar que no cuente con este dispositivo, no estaría aquí. He vuelto a nacer y me encuentro mejor que nunca», explica Carlo Frietto tras su última al campo de golf.
Por su parte, Lorenzo Pérez, director del Club se mostró satisfecho por su decisión de instalar un desfibrilador en sus instalaciones. «La felicidad por haber ayudado a salvar una vida es indescriptible. Creo que hay que extender el uso de los desfibriladores y la formación del personal en estas técnicas porque contar con los medios adecuados y actuar con rapidez son la diferencia entre la vida y la muerte en estos casos«, explica.
«Cada año son más las personas que salen con vida de un accidente cardiaco gracias a los desfibriladores», comenta Nuño Azcona, CEO de B+SAFE, compañía que instaló el desfibrilador en Mijas Golf. «Muchos establecimientos turísticos de la Costa del Sol han sido pioneros en la cardioprotección de su instalaciones, equipándolas con desfibriladores, y ya son muchas las vidas que han salvado», añade.
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población, ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, según la superficie y la afluencia de público, al menos uno o varios desfibriladores, con un adecuado servicio de mantenimiento y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es en los primeros 5 minutos.
Fuente: DiarioSur