Dirigido por especialistas del Hospital Virgen de la Victoria vinculados a la red de investigación de enfermedades cardiovasculares CIBERCV, los resultados ya han generado un artículo de impacto.
El ejercicio físico intenso podría no ser recomendable para pacientes con una enfermedad cardíaca coronaria (miocardiopatía) de tipo hereditaria. Así lo ha concluido un estudio científico- cuyos resultados ya han generado una publicación internacional de impacto científico- que ha estado dirigida por investigadores malagueños. En concreto, por los especialistas en Cardiología de la Unidad de Gestión Clínica de Corazón del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, vinculados a su vez al grupo de investigación en red para enfermedades cardiovasculares CIBERCV; Manuel Jiménez Navarro, Amalio Ruiz Salas, Alberto Barrera y Javier Alzueta (éste último director de la Unidad de Arritmias de este centro).
Asímismo, y tal y como se recoge en el artículo Impact of dynamic physical exercise on high-risk definite arrhythmogenic right ventricular cardiomyopathy, recientemente publicado, el ejercicicio dinámico en este tipo de pacientes podría estar relacionado con una mayor frecuencia de aparición de arritmias y disfunción ventricular, según indican los investigadores y autores de este trabajo, que se encuentra liderado por el especialista en Cardiología del Hospital Virgen de la Victoria, Manuel Jiménez Navarro.
En este sentido, el también cardiólogo del grupo e investigador de este estudio, Amalio Ruiz Salas, ha explicado que «la miocardiopatía hereditaria está considerada como una de las principales causas de muerte súbita en jóvenes y atletas, y que el impacto de la actividad física intensa en estas personas puede provocarles complicaciones de tipo arritmico o disfunciones en el ventrículo derecho».
Asimismo, Ruiz Salas, ha destacado que para llevar a cabo este estudio «se han recopilado datos sobre la actividad física realizada por los pacientes de este hospital en el momento de ser diagnosticados de la enfermedad». Además, añade este investigador vinculado al CIBERCV, que «la intensidad se ha clasificado atendiendo a la frecuencia media de las sesiones semanales de ejercicio físico en los diez años anteriores a la manifestación de la dolencia y en los siguientes grupos: alta/competitiva (más de 3 horas a la semana), moderada (de 1 a 3 horas) e inactivo, con menos de 1 hora».
De esta manera, los investigadores de este estudio han explicado además que el primer evento arrítmico importante y la aparición de disfunción ventricular derecha severa en los pacientes fue detectada primero en el grupo de ejercicio de alta intensidad, seguido por el grupo de intensidad moderada y más tarde en el grupo de baja intensidad o inactivos. Por este motivo, han concluido los autores que el riesgo de sufrir complicaciones de este tipo afecta antes a los individuos que realizan ejercicio más intenso que a aquellos que lo hacen de forma moderada o que no practican ninguna actividad.
El Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) es un consorcio dependiente del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y cofinanciado con fondos FEDER. El CIBER en su área temática de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) lo forman 40 grupos de investigación seleccionados sobre la base de su excelencia científica pertenecientes a 24 instituciones consorciadas. Su trabajo se articula alrededor de 6 líneas de investigación enfocadas en los principales desafíos de la salud cardiovascular, con 4 programas longitudinales: daño miocárdico, enfermedad arterial, insuficiencia cardiaca y cardiopatías estructurales y 2 programas transversales: biomarcadores y plataformas, y epidemiología y prevención cardiovascular.
En este sentido, el también cardiólogo del grupo e investigador de este estudio, Amalio Ruiz Salas, ha explicado que «la miocardiopatía hereditaria está considerada como una de las principales causas de muerte súbita en jóvenes y atletas, y que el impacto de la actividad física intensa en estas personas puede provocarles complicaciones de tipo arritmico o disfunciones en el ventrículo derecho».
Asimismo, Ruiz Salas, ha destacado que para llevar a cabo este estudio «se han recopilado datos sobre la actividad física realizada por los pacientes de este hospital en el momento de ser diagnosticados de la enfermedad». Además, añade este investigador vinculado al CIBERCV, que «la intensidad se ha clasificado atendiendo a la frecuencia media de las sesiones semanales de ejercicio físico en los diez años anteriores a la manifestación de la dolencia y en los siguientes grupos: alta/competitiva (más de 3 horas a la semana), moderada (de 1 a 3 horas) e inactivo, con menos de 1 hora».
De esta manera, los investigadores de este estudio han explicado además que el primer evento arrítmico importante y la aparición de disfunción ventricular derecha severa en los pacientes fue detectada primero en el grupo de ejercicio de alta intensidad, seguido por el grupo de intensidad moderada y más tarde en el grupo de baja intensidad o inactivos. Por este motivo, han concluido los autores que el riesgo de sufrir complicaciones de este tipo afecta antes a los individuos que realizan ejercicio más intenso que a aquellos que lo hacen de forma moderada o que no practican ninguna actividad.
El Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) es un consorcio dependiente del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y cofinanciado con fondos FEDER. El CIBER en su área temática de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) lo forman 40 grupos de investigación seleccionados sobre la base de su excelencia científica pertenecientes a 24 instituciones consorciadas. Su trabajo se articula alrededor de 6 líneas de investigación enfocadas en los principales desafíos de la salud cardiovascular, con 4 programas longitudinales: daño miocárdico, enfermedad arterial, insuficiencia cardiaca y cardiopatías estructurales y 2 programas transversales: biomarcadores y plataformas, y epidemiología y prevención cardiovascular.