Hace más de una década que la comunidad médica debate sobre la utilidad de las polipíldoras cardiacas. Estas pastillas que combinan en una misma presentación distintos fármacos dirigidos a reducir el riesgo cardiovascular se han propuesto como armas útiles para combatir el problema global de los problemas de corazón, si bien sigue habiendo escépticos sobre su idoneidad.
Un estudio que van a presentar este martes en el Congreso Europeo de Cardiología que se está celebrando en Barcelona podría mover la balanza en favor de estos medicamentos. Según sus datos, el uso de una polipíldora favorece significativamente la adherencia al tratamiento en pacientes que ya han sufrido un problema cardiovascular grave.
En concreto, los autores de este trabajo han evaluado la utilidad de un compuesto desarrollado de forma conjunta por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y Laboratorios Ferrer y han comprobado que «incrementa en más de un 20%» la fidelidad a la terapia después de un infarto, tal y como explica José María Castellano, investigador del CNIC y uno de los principales firmantes del estudio. Esta polipíldora contiene en una misma presentación ácido acetilsalicílico (aspirina), atorvastatina (para el colesterol) y ramipril ( un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina -IECA- que se emplea para el control de la hipertensión).
El trabajo que se denomina FOCUS ha tenido dos partes. La primera de ellas ha analizado los factores que influyen directamente en la adherencia al tratamiento de la enfermedad cardiovascular; es decir, ha tratado de averiguar por qué los pacientes no siguen la medicación indicada habitualmente.
Para ello, estudiaron a más de 2.118 pacientes de cinco países (España, Italia, Paraguay, Brasil y Argentina) que habían sufrido un infarto de miocardio y que tenían prescrito el tratamiento habitual en estos casos: estatinas, aspirinas y antihipertensivos.
Tras el análisis, los investigadores ratificaron que la adherencia al tratamiento es un problema con múltiples aristas y comprobaron quesólo el 45,5% de los participantes seguía a rajatabla la prescripción. El factor que en mayor medida se asociaba con una falta de seguimiento a la medicación era la depresión, aunque la falta de apoyo social y tener indicado un tratamiento muy complejo también resultaron muy relevantes.
En general, los pacientes que consumían más de 10 pastillas al día, llevaban una vida sedentaria o tenían menos de 50 años eran los más proclives a mostrar una baja adherencia.
Con estos datos en la mano, los investigadores iniciaron una segunda fase de la investigación y evaluaron en qué medida podía cambiar la situación el uso de una polipíldora. Así, reclutaron a 700 pacientes y los dividieron de forma aleatoria en dos grupos. La mitad, siguió con su medicación habitual, mientras que al resto se le indicó la polipíldora. Todos ellos recibieron el tratamiento de forma completamente gratuita.
Tras nueve meses de seguimiento, los científicos comprobaron que la adherencia al tratamiento mejoraba un 22% en el grupo que recibió la polipíldora, unas cifras que fueron muy inferiores en el grupo de control.
«El estudio resuelve las dudas sobre la adherencia y muestra que la polipíldora puede contribuir a que los pacientes tomen regularmente su tratamiento cardiovascular», subraya Castellano, quien recuerda que la polipíldora del CNIC y Ferrer estará disponible en España a finales de año.
Según apunta, la polipíldora puede cumplir un papel especialmente importante en la prevención secundaria de los problemas cardiovasculares en países con bajos o medios recursos.
Fuente: El Mundo