Según datos de un reciente Eurobarómetro publicado en el pasado Día Mundial sin tabaco, España es el noveno país de la Unión Europea (UE) con mayor porcentaje de fumadores, un 29%, pese a la reducción del 4% producida entre 2012 y 2014.
Que el tabaco perjudica seriamente la salud no es un dato nuevo. Tan perjudicial resulta que quienes están expuestos al humo que exhalan otros fumadores se consideran fumadores pasivos por el efecto involuntario del humo sobre la salud del no fumador. Algunos estudios epidemiológicos publicados desde hace años en prestigiosas revistas médicas muestran que el tabaquismo pasivo conlleva un incremento significativo del riesgo cardiovascular.
Un estudio que analizó 19 estudios previos sobre el efecto nocivo del tabaco, publicado en la revista British Medical Journal, demostró que la exposición involuntaria (pasiva) al humo del tabaco se asocia a un riesgo mayor de enfermedad coronaria (exactamente un 30%), además de un aumento del riesgo de muerte, principalmente en mayores de 60 años.
¿Qué sucede cuando el fumador pasivo es una mujer embarazada?
Son muchos los estudios que han demostrado científicamente que el tabaquismo incide directamente sobre la salud del bebé, incluso antes del nacimiento. Tanto si la madre es fumadora como si es fumadora pasiva, las consecuencias del tabaco pueden llegar a ser especialmente dañinas para ella y también para el feto o recién nacido.
Si una mujer embarazada fuma, el feto es un fumador pasivo, ya que las sustancias que componen el humo del tabaco atraviesan la placenta, lo cual puede provocar alteraciones como.
- Una disminución del peso esperado para su edad gestacional (aproximadamente de 200 g)
- El síndrome de muerte súbita del lactante
- Un mayor riesgo de partos prematuros y abortos espontáneos
- Alteraciones placentarias (desprendimiento prematuro de placenta y placenta previa) que aumentan las complicaciones del embarazo y el parto
- Relación con alteraciones del ritmo del corazón
Recientemente la revista Heart Rhythm (especialmente centrada en temas relacionados con el ritmo del corazón) ha publicado los resultados de un estudio de la Universidad de California sobre la salud del corazón, para ver si la exposición al humo del tabaco, aun no siendo fumadores, podía asociarse a un mayor riesgo de esta dolencia cardiovascular. Los investigadores del estudio han concluido que las personas que se exponen precozmente al tabaquismo de forma pasiva, tanto en la edad infantil como durante la gestación, tienen mayor riesgo de presentar fibrilación auricular al llegar a la edad adulta.
Los resultados se han obtenido al analizar los datos de casi 5.000 participantes, de los cuales el 12% presentaba fibrilación auricular con una media de edad de 62 años, frente a los 50 años de los no afectados. Los investigadores analizaron, en paralelo, los factores que podían haber contribuido a su aparición: una edad mayor de 60 años, el sexo, la raza, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, una coronariopatía previa, un fallo cardiaco crónico, el tabaquismo y el consumo de alcohol. Finalmente, concluyeron que las personas expuestas al humo del tabaco durante el embarazo o en la infancia tenían un 40% más de probabilidades de presentar fibrilación auricular que los que no eran fumadores pasivos.
Así pues, los autores del estudio han concluido que es necesario evitar también la exposición pasiva al humo del tabaco durante la gestación en aras de prevenir la aparición de fibrilación auricular en la edad adulta.
Fuente: FEASAN
Referencia bibliográfica: Dixit S, Pletcher M, Vittinghoff E, Imburgia K, Maguire C, Whitman I, et al. Secondhand smoke and atrial fibrillation: data from the Health eHeart Study. Heart Rhythm. 2015 [DOI: 10.1016/j.hrthm.2015.08.004]