- Una de cada 10 muertes por causas cardiovasculares se asocia con el exceso de sodio
- La OMS recomienda no superar los 2 gramos diarios de sodio (unos 5 gramos de sal)
- En España el consumo medio duplica las recomendaciones sanitarias
El consumo excesivo de sal se asocia con una elevación de los niveles de tensión arterial. EL MUNDO
Si la comida sabrosa le tienta a menudo, no sucumba a sus encantos sin pensárselo dos veces. Pasarse de la raya con la sal podría acarrear consecuencias graves para su salud, tal y como recuerda esta semana una investigación estadounidense.
Según sus datos, nada menos que 1,6 millones de muertes al año se deben a un consumo excesivo de sodio. En concreto, «uno de cada 10 fallecimientos debidos a causas cardiovasculares pueden atribuirse a un consumo de sodio superior a los 2 gramos diarios», señalan los autores de esta investigación en las páginas de la revista New England Journal of Medicine.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud señalan que un adulto no debería superar al los 5 gramos de sal (que contienen 2 gramos de sodio) en la ingesta de alimentos. Sin embargo, la mayoría se pasa de lejos de esa indicación.
Durante su investigación, que ha tenido en cuenta los datos de análisis previos sobre consumo de sodio en todo el mundo, los investigadores constataron que la ingesta media mundial es de 3,95 gramos diarios, una cifra que casi duplica las recomendaciones sanitarias.
Las cifras eran especialmente altas en la región de Asia Central, con Georgia a la cabeza del consumo mundial, subrayan los científicos liderados por Dariush Mozaffarian, de la Universidad de Tufts (EEUU).
Con los datos de consumo en la mano, estos investigadores estudiaron los efectos de este consumo sobre la tensión arterial, y, finalmente, realizaron una estimación sobre la mortalidad por problemas del corazón que puede ligarse al consumo de sodio.
Existe una correlación demostrada «entre la ingesta de sodio y la tensión arterial», así como «entre la tensión y la mortalidad cardiovascular», subrayan los investigadores, y el estudio realizado con datos de 2010 muestra que «1,65 millones de muertes por causas cardiovasculares pueden atribuirse a un consumo de sodio superior a los niveles de referencia», explican.
De esos fallecimientos, unos 687.000 se deberían a problemas coronarios, 685.000 a infartos cerebrales y 276.000 a otros problemas de índole cardiovascular, muestran las estimaciones. El 40% de las muertes se produciría en personas menores de 70 años.
En el texto, los investigadores destacan el hecho de que cuatro de cada cinco muertes por esta asociación entre sodio y corazón se produce en países de medios o escasos recursos.
Nieves Martell, presidenta de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), subraya que en nuestro país hasta el 30% de la mortalidad podría estar asociado con una ingesta excesiva de sodio.
«El exceso de sodio produce de manera general un efecto renal de retención de agua y la estimulación de determinadas hormonas que da lugar a la elevación de la tensión arterial», comenta. Esa elevación, continúa, «si no se trata debidamente conlleva un aumento del rieso de la enfermedad cardiaca en cualquiera de sus manifestaciones, así como enfermedades cerebrovasculares e insuficiencia renal entre otros trastornos», añade.
Según datos de la SEH-LELHA, el consumo de sal en España ronda los «12 gramos diarios, lo que supera con creces los 5 gramos recomendados», señala Martell, quien hace especial hincapié en que no toda la culpa de este abuso la tiene el salero.
«El 80% del sodio que consumimos proviene de alimentos procesados porque el sodio es un gran conservante que se utiliza en multitud de alimentos que no tienen por qué tener sabor salado», apostilla.
Precisamente para controlar mejor el consumo de sal que se ingiere de forma desapercibida, la SEH-LELHA ha creado un documento que ayuda a ver de forma rápida en una etiqueta el contenido real de sodio que contiene un producto. Se distribuirá próximamente en centros de salud y otros centros sanitarios.
Para José Ramón González Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, «la reducción de consumo de sal debería ser una prioridad en salud pública».
«Todos deberíamos limitar el consumo de sal, pero son especialmente sensibles los hipertensos, diabéticos, obesos, pacientes que han sufrido algún problema cardiovascular o renal, individuos con historia de cáncer gástrico en la familia, etc». Además, continúa, el control de la sal debe ser también estricto en niños «debido al gran poder de adicción que presenta que se ha descrito es similar al de la cocaína».
Aparte de los precocinados, los alimentos con mayor nivel de sal son aquellos que se conservan en sal, como embutidos, las conservas, algunas aguas embotelladas, en especial las que tienen gas, etc; González Juanatey recuerda que «el pan en España tiene un elevado contenido de sal y suele representar mas del 15% de la ingesta diaria de este elemento».
Fuente: ElMUNDO
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud señalan que un adulto no debería superar al los 5 gramos de sal (que contienen 2 gramos de sodio) en la ingesta de alimentos. Sin embargo, la mayoría se pasa de lejos de esa indicación.
Durante su investigación, que ha tenido en cuenta los datos de análisis previos sobre consumo de sodio en todo el mundo, los investigadores constataron que la ingesta media mundial es de 3,95 gramos diarios, una cifra que casi duplica las recomendaciones sanitarias.
Las cifras eran especialmente altas en la región de Asia Central, con Georgia a la cabeza del consumo mundial, subrayan los científicos liderados por Dariush Mozaffarian, de la Universidad de Tufts (EEUU).
Con los datos de consumo en la mano, estos investigadores estudiaron los efectos de este consumo sobre la tensión arterial, y, finalmente, realizaron una estimación sobre la mortalidad por problemas del corazón que puede ligarse al consumo de sodio.
Existe una correlación demostrada «entre la ingesta de sodio y la tensión arterial», así como «entre la tensión y la mortalidad cardiovascular», subrayan los investigadores, y el estudio realizado con datos de 2010 muestra que «1,65 millones de muertes por causas cardiovasculares pueden atribuirse a un consumo de sodio superior a los niveles de referencia», explican.
De esos fallecimientos, unos 687.000 se deberían a problemas coronarios, 685.000 a infartos cerebrales y 276.000 a otros problemas de índole cardiovascular, muestran las estimaciones. El 40% de las muertes se produciría en personas menores de 70 años.
En el texto, los investigadores destacan el hecho de que cuatro de cada cinco muertes por esta asociación entre sodio y corazón se produce en países de medios o escasos recursos.
Nieves Martell, presidenta de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), subraya que en nuestro país hasta el 30% de la mortalidad podría estar asociado con una ingesta excesiva de sodio.
«El exceso de sodio produce de manera general un efecto renal de retención de agua y la estimulación de determinadas hormonas que da lugar a la elevación de la tensión arterial», comenta. Esa elevación, continúa, «si no se trata debidamente conlleva un aumento del rieso de la enfermedad cardiaca en cualquiera de sus manifestaciones, así como enfermedades cerebrovasculares e insuficiencia renal entre otros trastornos», añade.
Según datos de la SEH-LELHA, el consumo de sal en España ronda los «12 gramos diarios, lo que supera con creces los 5 gramos recomendados», señala Martell, quien hace especial hincapié en que no toda la culpa de este abuso la tiene el salero.
«El 80% del sodio que consumimos proviene de alimentos procesados porque el sodio es un gran conservante que se utiliza en multitud de alimentos que no tienen por qué tener sabor salado», apostilla.
Precisamente para controlar mejor el consumo de sal que se ingiere de forma desapercibida, la SEH-LELHA ha creado un documento que ayuda a ver de forma rápida en una etiqueta el contenido real de sodio que contiene un producto. Se distribuirá próximamente en centros de salud y otros centros sanitarios.
Para José Ramón González Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, «la reducción de consumo de sal debería ser una prioridad en salud pública».
«Todos deberíamos limitar el consumo de sal, pero son especialmente sensibles los hipertensos, diabéticos, obesos, pacientes que han sufrido algún problema cardiovascular o renal, individuos con historia de cáncer gástrico en la familia, etc». Además, continúa, el control de la sal debe ser también estricto en niños «debido al gran poder de adicción que presenta que se ha descrito es similar al de la cocaína».
Aparte de los precocinados, los alimentos con mayor nivel de sal son aquellos que se conservan en sal, como embutidos, las conservas, algunas aguas embotelladas, en especial las que tienen gas, etc; González Juanatey recuerda que «el pan en España tiene un elevado contenido de sal y suele representar mas del 15% de la ingesta diaria de este elemento».
Fuente: ElMUNDO